La empleada de la limpieza agarró el cuchillo de cocina y volvió hacia la habitación donde el Sr. Nero zapeaba blandiendo indolente el mando a distancia, la bragueta aún bajada tras su última y enérgica masturbación, el pene retraído sobre el vello enzarzado y húmedo.
miércoles, 4 de junio de 2008
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