El chico no se atrevía a confesar su intrascendente pero excitante aventura, dejando que su silencio tenso y dramático revelara sin hacerlo explícito su estado de ánimo, entre arrepentido y satisfecho. elena siguió charlando como si nada, ya fuera por fingida indiferencia o por una necesidad interna de no afrontar la dolorosa realidad.
martes, 22 de abril de 2008
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